Tiempo aproximado: 8 horas (mientras me pierdo y pregunto en alemán...).
Objetivos: East Side Gallery, Checkpoint Charlie, cementerio judío de la Grosse Hamburger Strasse, cementerio de Dorotheenstadt, la iglesia memorial Keiser Wilhelm, Tiergarten, Schloss Bellevue, la Columna de la Victoria y la puerta de Brandemburgo noch ein mal, porque se me ha olvidado tomar la foto oficial con la Cow.
¡Pufffff! NO me canso de Berlín. ME ENCANTA. Pero, lamentablemente, hay finales que llegan más pronto de lo que uno quisiera, y tengo solo unos días aún antes de que se cumplan mis tres meses de ley en la zona Schengen, que será muy de vanguardia, pero a los extranjeros, definitivamente, nos jode la existencia migratoria.
En vista de la situación, he prolongado mi estadía solo por 24 horas más. Aparte, no he encontrado viaje por medio de una página de Internet que funciona en Alemania y Austria en la cual, si alguien va de una ciudad a otra por carro, postea cuántos sitios tiene libres y cobra una suma módica por la gasolina. En Austria no tuve problema en trasladarme desde Innsbruck hacia Salzburgo con un estudiante de arquitectura, y de Salzburgo a Viena con una estudiante de canto alemana y un mae que iba a a un desfile de modas de su hermana en la capital austriaca. Sin embargo, para ir de Berlín a Munich, y luego de Munich a Innsbruck, de regreso a la cama de Johannes con vista a los Alpes, no he topado con suerte y, con resignación y chimazón monetaria, me iré como la mayoría de tristes y arios mortales: en bus, y luego, en tren.
Así que nada: a ponerle bonito al rally hoy.
Parada #1: Luego de caminar a lo largo de un buen trozo de muro, enrumbo hacia el primer cementerio judío de Berlín. Ya es conocida mi fascinación por la Segunda Guerra Mundial, la cultura judía y los cementerios, de modo que esta es parada obligatoria para mí. Destruido por la Gestapo y usado de forma cruelmente irónica como campo de concentración transitorio, aparte de los usuarios titulares por siglos, alberga fosas comunes de aproximadamente 2000 víctimas de la guerra, incluyendo miembros de las SS y de la Wehrmarcht (a saber por qué). Afuera, cuenta con una escultura que representa los judíos de la persecución nazi, que es prácticamente la única forma de poder enterarse de que está allí, puesto que es pequeño y discreto. Al menos, a mí me costó vagar por una media hora en un vecindario, entrar en otro cementerio equivocado y en el jardín de una iglesia, hasta dar con él y sus tumbas pisoteadas por odio, dolor y, por supuesto, los años.
Primer cementerio judío de Berlín
Mi delirio cuando viajo son las postales y en este viaje en Berlín cometeré la insensatez de gastarme unos 20 euros en este capricho souvernirístico. Mea culpa. Pero es que me encantan las postales aquí: muchas son de corte histórico, relacionadas con el muro o la II Guerra Mundial, de modo que las puedo visualizar, perfectamente, en el apartamento que pienso tener cuando acabe el fin supremo, en un cuarto que servirá de estudio y donde pondré objetos de mis viajes para inspirarme en potenciales novelas históricas.
En fin, habiéndome cagado un poco en mi presupuesto, que no está para estas delicatesses considerando que irme a Austria no me saldrá tan barato como lo había pensado, salgo con la compra hecha y el pecado cometido de la tienda, cuando mi vista se tropieza con un edificio abandonado. O bueno, en realidad no es un edificio abandonado en el sentido estricto de la palabra: es un taller de arte de okupas. ¡Maaaaaaae! Esto para mí equivale, más o menos, a haber encontrado Disneylandia. Y es que Berlín es la esencia de las subculturas. O para decirlo a calzón quitado: gente rara.
Esto es Berlín: gente rara
Dadaísmo. Para esto viajo: para conocer gente que vive la vida que ha elegido y no la que le ha tocado. Aunque algunos afirman que he tenido muchas experiencias poco tradicionales, yo sostengo lo contrario: cuanto más viajo, más me doy cuenta de que en realidad no he hecho la gran cosa. Yo tendría que quedarme en Berlín en una casa okupa también, por unos meses. Tendría que irme a un kibutz en Israel. Y pasar un invierno en el norte de Suecia, donde nunca sale el sol, corriendo trineos con perros. E ir a aprender a construir prótesis con materiales reciclados para las víctimas de la guerra en Sierra Leona. Hay tanto por hacer y tan poca vida... A mí no me va a alcanzar. Eso es un hecho.
Y con todo y que soy consciente de que no me va a alcanzar, y que esto es solo un fractal de este gran hecho trascendental, aún así me quedo un buen rato, sentada en el taller de arte okupa hablando en español sobre el significado de la vida. Luego, recorro cada uno de los pisos del edificio, descubriendo collages, grafitis, poemas ocultos en paredes y mercadería de arte urbano por todas partes.
Familia en el edificio okupa
Yo, en el edificio okupa
Pisos y pisos por descubrir
Arte random...
Y personajes únicos e irrepetibles.
Parada #3: Siguiendo con mi afición por los cementerios, es momento de visitar algunos muertos famosos en el cementerio de Dorotheenstadt. Hegel, Heinrich Mann y el mae que hizo los caballos de la famosa puerta de Brandemburgo son algunos de los inquilinos eternos del lugar.
Extremadamente pequeño, a diferencia de otros reinos de Hades europeos como el Pere Lachaise en París, o el cementerio central en Viena, constituye un campo de árboles en el centro de Berlín, romántico y sencillo. He tenido suerte: si fuera un sin fin de lápidas, con el tiempo en mi contra, no lo hubiera podido disfrutar, ni encontrar los cadáveres famosos de mi interés.
Hasta el momento, la tumba que más me había gustado de todas las que he visto en mi vida, había sido la de Chopin en París. Con un ángel triste quien, violín en mano, mira hacia la tierra que oculta el silencio del pianista, nunca había visto un sepulcro tan hermoso. Y en el suelo, partituras, flores y banderitas de Polonia. La doble barra definitiva para un músico, con toda la pompa y circunstancia.
Sin embargo, la de Bertolt Brecht es aún más bella: un jardincito rectangular, con dos piedras que dicen con una letra parejita, simple y hecha a mano, en sencilla pintura blanca: Bertolt Brech y Helene Weigel-Brecht. Al lado, un farol pequeño, por si en una noche oscura sus fantasmas ocupan un poco de luz para llegar al final del túnel y una canastita con flores. Es todo. Yo la verdad siempre he pensado en ser incinerada, pero si no hay hoguera suficiente como para quemar este cuerpo que se negará a dejar de existir después de todos los placeres que ha probado, y no me queda de otra que seguir ocupando espacio en esta tierra, ya he decidido que quiero una tumba así. Que tomen nota, entonces, quienes me sobrevivan. Dejo constancia en este blog. He dicho.
La tumba de Bertolt Brecht
En un esfuerzo sobrehumano de respeto, al final me aguanto como las grandes y salgo en busca de un Subway, a ver si puedo usar un baño. Pero volvemos a uno de los eternos problemas de Europa: ¡cobran siempre por los putos baños! O al menos que compre un sandwich, claro está. Pero cuesta como 5 euros y mientras escojo entre el pan integral, de avena o con orégano, me debato entre el cangrejo, el jamón de pavo o el pollo, pido la mitad de queso blanco y la otra de amarillo, solicito que me lo calienten un poco solo hasta que se derrita el queso pero que no quede demasiado tostado para poder pellizcar el pan (ritual que siempre hago), escojo entre todos los vegetales la lechuga, el tomate, las aceitunas, los pepinillos y el chile dulce, me cuestiono si le hablaré a algún hombre guapo durante el resto del día y decido, por ende, no agregarle cebolla , le pongo mostaza y salsa de tomate, digo que no gracias, que sin sal, ni pimienta, y lo pido para llevar, está MÁS QUE CLARO que ya me oriné encima. Así que ni modo, amable sandwich artist, quédese usted con su emparedado y yo me voy a buscar otro baño.
Al final, alcanzo la estación del tren y encuentro el baño público. Si han leído este blog, recordarán quizás un episodio similar, pero en un baño de Liechstentein. Desde entonces, procuro cargar con una moneda de 50 centavos de euro o su equivalente, para enfrentar este tipo de eventualidades. Pero ¡maaaaae! WTF? Aquí en Berlín orinar cuesta nada más y nada menos que la módica suma de un euro. ¡Ladrones arios! Refunfuñando, pago el bendito euro y lo pongo en la columna de pérdidas del viaje dadaísta. ¡Señor!
Parada #4: ya más relajada, camino hacia el Tiergarten, el Schloss Bellevue y la columna de la victoria. El vecindario de Angela Merkel, pues. La tarde cae y cae y cae... Si quería ver el museo del Checkpoint Charlie, nachste mal. Tomo las fotos de ley, aunque hay una de la que, lamentablemente, tendré que prescindir: la Cow en la puerta de Brandemburgo. Tantas que tomé ahí el día anterior y abandoné impunemente a mi bovina compañera de viaje cuando era también su momento de exorcismo, aunque en aquella época, posiblemente, 7 años atrás, estuviese decorando los estantes del cuarto de una niña en los fríos confines de Indiana. Tut mir leid, Cow...
Una limusina, la torre de televisión, la puerta de Brandemburgo y yo... ¡Falta la Cow!
Modernos edificios me rodean: un centro comercial gigante, algunos restaurantes, dos edificios altos y un monstruo de cemento coronado por la estrella de la Mercedes Benz. Algunas esculturas y unos osos que han invadido las calles berlinesas, en lo que tiene toda la pinta de ser un bear parade. Pero no hay ninguna iglesia cerca, y menos con la torre destruida.
Corroboro la dirección. Es correcto: Breitscheidplatz. Me fijo en las fotos del libro sobre Berlín que me ha prestado Oscar. Es correcto: algunos de los edificios que me rodean aparecen justo a la par de la iglesia kaiser Wilhem. Chequeo las calles aledañas. Es correcto: según el mapa, no hay equivocación. Pero la maldita iglesia (perdón, la bendita iglesia) ¡no está! Comienzo a sentir que pierdo la razón, como análogamente sucedió con el episodio de las botas de Stanlin en Budapest. Pero bueno, unas botas de una estatua igual se pueden desplazar, como efectivamente sucedió en ese caso, pero ya una iglesia... ¡Toda una iglesia no se mueve por principios físicos y religiosos! Y menos si la han dejado ahí, a medio derribar, con el exclusivo fin de ser una cicatriz arquitectónica visible para el aprendizaje de las futuras generaciones. Mae, yo al chile que me he de estar volviendo loca... Doy vueltas y vueltas y vueltas, mientras el sol sigue dando la vuelta más rápido y va a desaparecer sin que yo pueda llegar a la meta del Checkpoint Charlie. ¿Qué carajos pasa con estos universos paralelos que parecen solo existir en las guías turísticas?
En un momento de desesperación, me siento en una grada, intentando encontrar la puerta que me lleve de nuevo a la dimensión en que existe la iglesia kaiser Wilhelm... cuando de repente, al chile que veo una puerta. Una puerta demasiado antigua como para formar parte de los edificios que me rodean y menos, del que tengo justo enfrente de mí. Pero sin duda, es una puerta.
La puerta hacia la dimensión de las guías turísticas
¿Cierto o no que ustedes también se hubieran quedado bateados? ¡El edificio blanco es una iglesia!
Tal y como me dije a mí misma siete años atrás: así como en las postales que tanto me gustan se ve Berlín destruida hasta sus cimientos después de la II Guerra Mundial y hoy día, se ha convertido en una de las ciudades más apasionantes del orbe, así también yo he logrado resurgir desde mi última visita a la capital alemana, cuando llegué ahí viajando por primera vez sola, obligada en vista de las circunstancias, con el ánimo mutilado por dos de los hombres que más he amado en mi vida.
Y hoy, aunque sigo sola, pagando mi karma de aquella ocasión, al menos ya no tengo temor de recorrer el mundo sin la mano de alguien y soy un poco más fuerte, un poco más madura y un poquito más sabia. Hay mayor paz en mí.
Berlín, después de siete años, finalmente, ha sido exorcizado...
una mujer basada en EE.UU., que era estéril durante 27 años ha entregado bebé después de los informes, estar embarazada durante 5 años.
ResponderEliminarla mujer Ana Zick emitido el domingo en la iglesia Evangélica, durante el servicio de la iglesia. Ana, que está casada con zick dijo que su problema comenzó después de que ella tuvo un aborto involuntario.
ella dijo que ella ha estado buscando el fruto de su vientre, desde entonces, ella había buscado tanto ayuda médica y espiritual, pero todo visto fue en vano, ella intenta todo lo posible para asegurarse de que ella se puso de nuevo embarazada, pero todo su esfuerzo traer ningún buen resultado, hasta un día un hombre introducir DROKOJIE a ella, que puede ayudarla, el hombre le dio el contacto de la República Dominicana y correo electrónico y le dijo que tratar de ponerse en contacto con el médico y también tienen fe. la mujer realmente lo hizo, antes de que ella se dio cuenta de que estaba embarazada, pero al mismo tiempo, ella estaba observando sus círculos menstruales normales, ella dijo que esperó sin fin de entregar todas las expectativas, pero fue en vano, ella esta impulsó a trasladarse, su búsqueda de solución la trajo a la iglesia donde finalmente entregó un niño, según ella, esos años fueron traumática porque el marido estaba bajo presión intensa para enviar su siempre, fui rechazado por mis relaciones, mi familia marido que no me dio la oportunidad de tener un hijo, mi único consuelo era dios y este médico llamado DROKOJIEHEALINGHOME el hombre introducir a mí que me ayude a la embarazada el primer lugar.
sobre la forma en que sucedió, explicó que se dio cuenta de que el agua estaba saliendo de su parte privada y se fue a una habitación para ver lo que estaba pasando antes de que ella lo sabe, el bebé salió con vida, ella dijo que planteó una alarma que atrajo a los residentes que en tropel a la iglesia en masa a ver a la mujer y el bebé recién nacido.
cuando los informes de noticias de MP al lugar, los residentes aún estaban visitando la iglesia para felicitar a la mujer y su marido, Zick quien expresó choque en lo que sucederá.
Zick, dijo que no creía que su esposa lo largo de los años cuando ella afirmaba estar embarazada porque había esperado en vano, él dijo que estaba agradecido a Dios y drokojiehealinghome @ gmail.com para lo que había hecho y dio las gracias al bienqueriente por su apoyo , ella también la orientación a todo el mundo que tenía el mismo problema de quedar embarazada o de cualquier problema que otros que por favor póngase en contacto con el hombre en busca de ayuda y tener fe, porque esa es la razón por la que la mayoría salió a cortar el testimonio de la palabra.
el mismo dios que utilizan este hombre para que me ayude, también utilizarla para ayudar a usted también.