Yo soy puta y no lo sabía. Soy puta porque en aras de estar imitando al varón me metí a estudiar a la universidad y nunca aprendí a cocinar. Qué puta: educarme me pareció más importante que alimentarme. Soy puta porque hoy salí con un short cortito y no me vestí con recato. Qué puta: sentirme fresca en un día de calor me pareció más importante que la decencia. Soy puta porque me he ido a la cama con varios (y probablemente lo haga esta noche también) y no usé mis dones sexuales exclusivamente para la reproducción. Qué puta: me pareció más importante tener un orgasmo y amar a quien yo quisiera hoy que esperarme al día de mi matrimonio.
Yo soy puta y no lo sabía. Pero igual, siendo así de puta, puta-puta y reputa, hoy no me dio la gana ir a la marcha... Y es que yo, así de puta, hubiera marchado contra las tiendas que venden solo ropa con tallas menores a ocho, por todas las veces que fui a comprar un jeans y me hicieron sentir gorda al no caber en sus raquíticos moldes de la mujer perfecta: ellos son los que me arruinaron el sabor del tres leches que me quise comer después. Yo hubiera marchado contra todos esos hijos de su madre que me dicen "rica, mamacita, venga que la chupo toda" si salgo con un short cuando hace calor: ellos son los que me obligan a vestirme con recato porque no quiero que me nalgueen ni que me expriman una teta. Igual, también hubiera marchado contra todas esas ordas masculinas vegetando en una esquina, que me hacen cruzar la calle cuando no lo necesito para escapar de sus abusos verbales-sexuales: ellos hacen que mi camino sea innecesariamente más largo. También hubiera marchado contra todos los jefes que les pagan más a los hombres que a las mujeres aunque desempeñen el mismo puesto de trabajo: ellos son los que me hacen sentir menospreciada y que me provocan envidia de pene, al mejor estilo freudiano. Yo hubiera marchado contra todos los que dicen que si a los 30 no me he casado, es porque ya me dejó el tren: son ellos quienes me hacen sentir que solo valgo como mujer si tengo a un par de pantalones a mi lado. Yo hubiera marchado contra todos los hombres que me rompieron el corazón porque solo querían llevarme a la cama y no amarme, y que sienten que es más importante la cantidad de mujeres que la calidad de la mujer.
Porque yo a la iglesia, si es que voy, voy solo el domingo y son todos ellos, miembros orgullosos del estado laico, los que me hacen la vida miserable de lunes a lunes.
El evangelio según el nuevo milenio. Sí, estamos de acuerdo: una barbaridad que a las mujeres nos llamen a “vestir con recato”, que nos condenen por “imitar a los varones” y que nos limiten al ámbito familiar-doméstico como mayor meta en la vida. Sí, no deja de ser colonial ver a cuatro mujeres que deciden mantenerse vírgenes y ser esposas de Cristo en pleno siglo XXI, en una ceremonia donde el blanco sigue siendo el color de una perfección que se resume en contar con un himen intacto, íntegro e inmaculado. Sí, estamos de acuerdo: la iglesia cuenta con una influencia desproporcionada en un país que incluso la menciona desde el génesis de su Constitución Política, como si Costa Rica se tratara de un estado asociado al Vaticano. Y sí: yo no soy católica, quedé vacunada después de seis años en una escuela de monjas, donde me obligaban a llevar la enagua por debajo de la rodilla, lo cual me complicaba jugar elástico, brincar suiza y subirme a los árboles a bajar mangos.
Pero, al mismo tiempo, me parece que quienes nos hacen la vida de cuadritos a las mujeres, hoy por hoy, no son los curas.
Los evangelios que nos rigen hoy son distintos, no se encuentran en la Biblia. Se encuentran en la televisión, donde las mujeres claro que van a clases, porque tienen derecho a educarse, pero usando una faldita a cuadros y dos colitas al mejor estilo RBD. O, mejor aun: se encuentran en cualquier colegio del país, donde se puede ver a docenas de niñas usando esos pantalones tan ajustados que parece que se los untan cada mañana antes de salir, listas para jugar, desde la tierna edad de trece años, a ser “ricas” porque ese es el objetivo primordial de cualquier mujer en la vida. No es la enorme y abrumadora mayoría la que presta atención al sermón del padre desde el púlpito, pero sí lo es la que mira fijamente a las chicas Pilsen bailar desde la barra y que convierte a cualquier hija de vecina de brassier inflado en “modelo”. No es el infierno lo que espanta al vulgo, si no el rechazo social, el ser la gorda, la solterona, la güeisa que no ha tenido sexo en un mes.
La inquisición, hoy en día, no reside en tribunales eclesiásticos si no que anida en las pancartas publicitarias, en las oficinas de puestos desequilibrados, en los chistes de doble sentido, en las barras de los bares, en la taza del interior que abraza la bulímica en un último y ahogado grito por ser perfecta.
Orinando fuera del tarro. Es tan fácil jugar a ser de vanguardia y ponerse a despotricar frente a la catedral... Atacar lo obvio, lo evidente. Rasgarse las vestiduras por unas palabras. Darle los hachazos finales a una institución que está entrando en desuso como la iglesia católica. Se asemeja cada vez más a un tronco podrido, que con cualquier brisa caerá por su propio peso.
Pero qué tan difícil resulta ponerse a despotricar frente al chinamo en Palmares donde las rumberitas lanzan camisetas al público (qué amargado resultaría aguarles la fiesta a todos). Qué tan difícil resulta para los hombres escoger a la gorda de entre todas las mujeres del bar (diay mae, qué me queda, al menos tiene las tetas grandes). Qué tan difícil es para muchos creer que una mujer puede ser una excelente ingeniera en sistemas, una excelente mecánica, o incluso, una excelente chofer (mejor que estudiemos psicología, preescolar o periodismo). Son pocos y pocas (por aquello de la igualdad de género, que se preocupa incluso por pequeñeces idiomáticas) quienes están dispuestos a salir bajo el ala del feminismo tradicional y atacar lo que en verdad nos limita a las mujeres hoy por hoy.
Y, por eso, yo no fui a la marcha de las putas, aunque sea puta y reputa. Porque Jesús incluso perdonó a María Magdalena... pero a los sepulcros blanqueados, a todos aquellos que ven la paja en el ojo ajeno en lugar del ver la viga en el propio... jamás.
A pesar de la carga de años que llevo encima y he sido siempre callada y resignada ante tanta injusticia masculina, creo que nunca es tarde para manifestar la impotencia ante tanto atropello femenino, ya no veré cómo saldrá liberado el sexo femenino, tendrá que pasar muchas generaciones y marchas mundiales como la de hoy frente a la catedral. Por lo menos me queda el derecho al berreo!!!
ResponderEliminarExcelente post Andre! EXCELENTE.
ResponderEliminarDe lectura obligatoria amiga, gracias!
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo. Inculcar esta forma de pensar en la educación diaria sería mucho más útil, pero me parece que también la marcha podría ayudar un poco.
ResponderEliminarAndrea Aguilar, una amiga me paso el link de su blog ambas somos digamos mujeres con un pensamiento "chocante" por nuestras ideas de lo que es esta sociedad y su doble moral.
ResponderEliminardejeme felicitarla por tener la valentia de hablar las cosas como son, sin pelos en la lengua duela a quien le duela me encantaria contactarla creo que necesito cerca a aquella gente que si tiene esa consciencia social,yo escribo cantidades de cosas asi en mi facebook aunque pierda amigos seguire! saludos atte: Roxana Barahona Oliva
Andre, ya sabes que me encanta todo lo que escribes amiga, pero es cada día te superas, ole tú por no tener pelos en la lengua, y sobre todo, por hacer tan entrentenido el contenido. Nena, tú vales para esto, y además, mucho. Besos estes donde estes. Te quiero.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por el apoyo... Este articulo lo mande tambien a La Nacion, pero creo que ya algo firmado por mi no se atreven a publicarlo... Asi que VIVAN LOS BLOGS!
ResponderEliminarCONOCE !!!!
ResponderEliminarAndrea, bravo! Muy pocas veces e leido algo que tenga tanto sarcasmo y con tanta verdad a la misma vez. Mas raro cuando es conbinado con vulgaridad y palabras groceras, pero tan necesario en lo buen escrito por usted, especialmente si quiere que sea leido por la juventud de hoy en dia. Como mi padre decia "el inteligente a señas o el tonto a palos". Lo que escribio pudiera ser interpretado como "una seña" por sus observaciones y tanbien como palos por su lenguaje. Ha escrito mas? Como y donde puedo leerlo? Gracias .... tecnojuan@gmail.com
ResponderEliminarExcelente Andrea!! Totalmente de acuerdo!!!
ResponderEliminarAndrea: esto solo prueba que vives tu profesión. Sos una periodista de verdad. Me encantó leerlo, pero más el compartirlo en mi página para que muchas personas lean tu exposición magistralmente pensada. Adelante con tu blog. Excelente trabajo
ResponderEliminarDebo admitir que como hombre he caido en 1 o 2 de los tipicos machismos como las broma que menciona, lo mas dificil es verse a travez de los ojos de otra persona para ver mis defectos, pero no es imposible, no es de culpar a quien me haya criado por eso al fin de cuentas ya uno piensa por si mismo para saber si lo que hace esta bien o mal. De cualquier manera, increiblemente acertado el post.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, DE VERDAD, a todos los que han dejado sus comentarios por esta entrada... Para quienes me han preguntado dónde pueden ver más artículos míos, lamento decepcionarlos, pero como dice mi perfil, soy periodista desempleada, así que escritos de este tipo solo los hago muy de vez en cuando... lo demás de este blog es enteramente personal sobre los últimos sucesos de mi así llamado periodo dadaísta, así que en realidad no hay mucho que leer... :p
ResponderEliminarHola! Te cité en un artículo sobre la Marcha de las Putas http://globalvoicesonline.org/2011/08/19/costa-rica-slut-walk-discussions-on-religion-and-womens-rights/
ResponderEliminarTu artículo está excelente, yo soy estudiante de Psicología, y me correspondía hacer una análisis sobre esta marcha y tu artículo me pareció tan bueno que te cité en mi trabajo. Felicidades me alegra mucho encontrar personas con tanta capacidad de análisis crítico.
ResponderEliminarRealmente da gusto leerte... Ojalá todas las mujeres (y muchos hombres) reaccionaran así. Con claridad, con altura, con verdad, con justicia.
ResponderEliminarY a ver cuando comenzamos a escribir ese libro... no desperdicies mas el tiempo. Seguro vas a llegar a mucha gente y romperás muchas estructuras. Házme saber cuando lo hagas. De los curas y monjas... ni hablar. Yo estudié en una congregación salesiana y he visto de todo... hasta uno de mis profesores (sacerdote él) besándose con un compañero. No hay mas que decir. Te animo a que escribes... y oraré por tí junto a mi familia por tus éxitos !!!!!!