En un día como hoy, te regalo el
mundo para que lo recorrás...
La lámpara que
ilumina la stanza tiene forma de un globo terráqueo. Me
gusta la luz acogedora de las lámparas. Mucho más que la luz del
techo. La luz de esta lámpara siempre se encuentra encendida en las
noches hasta que sale el sol, que nace más temprano en las costas
sureñas italianas que en las españolas. Ya he tenido varias
oportunidades de comprobarlo, mientras chateo con vos dos, tres,
cuatro, cinco, seis, siete y hasta ocho horas cada noche.
Este verano nos
estamos hablando lo que en trece años no hablamos. Y es que nunca me
aburro de hablar con vos. Tenés esa cualidad, maldita sea, que busco
tanto en un hombre: que siempre tenga algo interesante de qué
conversar.
Se aproxima tu
cumpleaños. Cumplirás 30 años el 30 de septiembre. Me decís que
apenas se te cure una lesión en el hombro querés irte a dar la
vuelta al mundo. El mundo, este globo terráqueo que también es una
lámpara (la de cosas peculiares que hay en un hostal de un
acumulador como Francesco).
Aquí, el mundo se
ve pequeño. Pero es taaan grande... Darle la vuelta. Lo hacés
parecer fácil, pero nunca lo fue. Veo ahora a Costa Rica más
cerca que nunca, he crecido y el mundo se ha hecho más pequeño...
Hace siete años escribiste eso. Hoy, cuando has crecido
aun más, me decís que querés darle la vuelta al mundo. Y yo te amo
tanto que te regalaría el mundo entero si pudiera.
La mañana del 1 de
septiembre, entonces, recibirás esta foto:
Te deseo que cualquier camino que
elijás te lleve a muchos lugares increíbles, con muchas historias
qué contar
Te apasiona viajar
tanto como a mí. Maldita sea, como el hombre de mis sueños. Poco
equipaje, como yo.
Vos
¿Cómo tú? Menudo mochilón
llevabas cuando llegaste a Alicante.
Andrea Aguilar-Calderón
Qué exagerado que sos. Típico en
vos, que tendés a la hipérbole. Llevaba ropa de invierno aparte, un
abrigo que me gusta mucho y que no voy a dejar tirado.
Vos
Ya. Cuando me vaya de viaje, me
compraré un abrigo cualquiera para dejarlo en cualquier parte cuando
ya no lo necesite.
Cuando te vayás de
viaje. Como un Ulises postmoderno, cuya lucha es vivir todo lo que en
estos años no has podido, por esa historia que ya no te permite amar
más.
Por mi parte, te
amo demasiado como para tan siquiera pensar en quitarte todos esos
caminos, todos esos lugares increíbles, todas esas historias qué
contar. Te entiendo, maldita sea. Aunque me duela en putas, te
entiendo. Y deseo con todas mis fuerzas que viajés, tan lejos como
podás. De todas maneras, de mí siempre has estado demasiado lejos.
Pero yo no voy a ser Penélope, tejiendo y destejiendo una vida por
esperarte.
Los días 9, 10 y
11 de septiembre recibirás estas fotos:
Te deseo un café para luego de los
espaguetis, y un vaso de agua por si te da sed
Sólo tomás café
después de comer espaguetis. A diferencia de mí, que lo tomo
después de cualquier excusa. Son casi las dos y media de la
madrugada y yo he puesto a hacer café a estas horas. El hostal es
grande y la cocina me queda lejos de donde me siento a chatear con
vos, de modo que si dejo encendido el fogón, mientras regreso a la
stanza ya se habrá hecho el café. Es mejor que haga una
pausa y vaya a preparármelo.
Andrea Aguilar-Calderón
Voy a ir a hacerme un café.
Vos
Vale. Yo voy a ir por leche y unas
galletas.
La primera vez que
recibí un mensaje tuyo en el Facebook, de la impresión, se me
derramó el café sobre la computadora. Hoy, cuando llevamos 16.752
mensajes, parece que ya lo he superado. Bien por mi laptop. Bien por
mí, quien ya no guarda esperanzas de nada. Y hablando de esperanzas:
Vos
¿Has visto esa película, Grandes
esperanzas?
Andrea Aguilar-Calderón
No. ¿Por qué?
Vos
Se parece a nuestra historia.
Patrocinada por
Cuevana y por la curiosidad, me sentaré a verla una noche. Un mae y
una chic. Se conocen desde niños. Se enamoran. Se separan. Se ven de
nuevo cada cierta cantidad de años. Y siempre se separan. Al final,
terminan juntos. Alfonso Cuarón es quien dirige la película. Con
razón. La mía la dirige Woody Allen, con toda la ironía del caso.
Porque mientras podría salir con una serie de italianos yo, como la
más idiota, soy más feliz chateando con vos en esta stanza a
medio iluminar. Sos el vaso de agua, en esta sed que no conoce de
finales felices.
El 14 y el 15 de
septiembre te llegarán estas fotografías a tu inbox:
Te deseo la mujer perfecta...
Rubia.
Impecablemente arreglada. Su foto de perfil de Facebook, en blanco y
negro, demuestra que casi podría ser modelo. O bueno, dejemos el
“casi” y los celos de lado: la mae puede ser modelo. La mujer
perfecta. Sin duda alguna, mi némesis: yo tengo como foto de perfil
una en jeans, con unos guantes de colores totalmente infantiles,
recostada a una Vespa para disimular mis caderas demasiado grandes.
Vos:
¿Crees que le deba poner un mensaje
ahora o no?
El tema del chat de
esta noche girará en torno a eso. El famoso mensaje de texto para
invitarla a comer un helado mañana. Ella tendrá que adivinar cuál
es tu sabor favorito y vos tendrás que adivinar cuál es el de ella.
La excusa será devolverle un euro que te ha prestado. Pensás
dárselo en una caja de un anillo, a lo propuesta matrimonial, para
confundirla, y que cuando ella lo abra, se encuentre una moneda nada
más. Y es que de matrimonio ni hablar, si así como querés conocer
muchos países, así querés conocer muchas mujeres.
Te entiendo. Esa es
la vida que llevo yo ahora de todas formas: muchos países, muchos
hombres, muchos tipos de vino. Mi vida de Florentina Ariza.
Sugiero que no le
mandés el mensaje si no hasta mañana. Te lo aconsejo como lo haria
con cualquier otro amigo. Porque quiero que te la ligués. Quiero que
la besés. Quiero que te la cojás. Quiero que estés con todas las
mujeres posibles, ojalá y sean cientos, maldita sea. Una diferente
cada noche. Que te llenés de mucha pintura de labios, de esa que yo
nunca uso. Quiero que apagués la compu y que ya no me hablés más,
que no gastés estas noches conmigo chateando hasta que salga el sol,
si no que a tu lado amanezca una mujer que te diga “buenos días”
con voz de verdad, que podás escuchar, y no las letras arial número
8,2 que yo tecleo desde aquí. Quiero que vayás a discotecas y que
en medio de la pista de baile besés a todas las chicas que podás,
muchas más veces de la única que lo hiciste conmigo en ese pub.
Ligá. Besá. Cogé. No perdás más tiempo. No me importa. No me
importa, lo único que me importa es ser yo la última de todas
ellas.
Así, la foto del
19 de septiembre será:
Te deseo la vida fácil, o la vida
difícil si lo preferís, porque gira rápido y se marchita aun más
rápido...
Si tienes dos
caminos, elige siempre el más difícil. Tu frase célebre. Me
consolaría pensar que por eso siempre hacés todo tan complicado
entre nosotros, pero en estos meses he aprendido a conocerte. Y
conocerte implica que, todo lo que piense de vos, debo imaginarlo al
revés para darme cuenta de la realidad. El método no falla nunca.
Te has vuelto predecible. Lo cual no está tan mal, pues me da una
enorme sensación de poder. Sé qué vas a hacer antes de que me lo
digás. Puedo ver el futuro, mientras el verano se acaba, cada vez
más y más rápido.
Como las
estaciones, esto es totalmente predecible, y con esa sensación de
deja-vú cínico, sé que dejaremos de hablar poco a poco.
Estas conversaciones que me encantan irán disminuyendo, como la luz
del día conforme se aproxima el invierno. Con la rapidez con la que
suelen pasar los tiempos felices, que cuanto más felices son, más
pronto pasan. Así, inevitable. Mensajes cada vez más esporádicos.
Hasta que un día ya no estarás más ahí. Y te habrás ido de
nuevo, dejando sólo ese silencio que me ha acompañado ya por siete
años. Lo predigo: te mudarás a Madrid, y saldrás todas las noches
y conocerás muchas mujeres, todas esas que te deseo. Y a mí se me
marchitará tu aroma, tu voz, tu rostro. Hasta que un día me dé
cuenta de que ya no pienso en vos. Lo he hecho antes. Dos veces.
Puedo hacerlo una tercera. Sé perfectamente cómo olvidarte, maldita
sea. This is where our story ends. Never lovers, ever friends.
24,25, 26 y 27 de
septiembre:
Pedí un deseo...
Ha llegado el 30 de
setiembre. Cumplís 30 años. Casi el doble de cuando te conocí. Si
hemos vivido la mitad de nuestras vidas perfectamente sólo con el
recuerdo del otro, no hay motivo para pensar que la situación no
pueda seguir así. De esta manera terminamos de crecer, de esta
manera llegamos a adultos, de esta manera envejeceremos. Tengo el
poder de la clarividencia, lo sé. Sé cómo va a terminar esta
historia como si en verdad fuese yo la escritora de nuestras vidas.
Pedí un deseo y sé qué pedirás antes de que apagués las velitas:
viajes, mujeres, eso que te hace feliz. Y te entiendo, maldita sea.
Cómo quisiera no entederte, para así odiarte y que todo fuese más
fácil. Pero te entiendo. My breaking heart and I agree that you
and I could never be, so with my best, my very best, I set you
free...
Y así, el 30 de septiembre, recibirás este video:
http://www.youtube.com/watch?v=7vKdxHHhF2Y&feature=plcp
Feliz cumpleaños, maldita sea.
http://www.youtube.com/watch?v=7vKdxHHhF2Y&feature=plcp
Feliz cumpleaños, maldita sea.
La historia sin fin. Siempre dando vueltas alrededor de un imposible,para vos esperanzador...!!!!
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