Desempleada, solterísima y con los salarios producto de recitar "Thank you for calling Bodog wagering, my name is Andrea, may I have your account number, please?" un promedio de 6048 veces, este es el relato de una mujer de 30 años, quien un buen día decidió iniciar un periodo dadaísta en su vida y subirse a un caballito de madera solo para balancearse un rato sin llegar a ninguna parte, bajo la filosofía de Charlie García: "La vida es disfrutar el paso del tiempo".

miércoles, 30 de marzo de 2011

Cuando la sangre mancha tu torre de marfil...

Me levanto por la mañana. En mi ventana se ve el sol, los Alpes y todas esas casas bonitas francesas, mucho mejores que la mía, que son de bienestar social (¡PLOP!). Abro el Facebook, para ver si hay un mensaje de ÉL (eres...cuando despierto lo primero eso eres...). Mis amigos ticos discuten si ir a ver el partido Costa Rica-Argentina con una camiseta celeste es ser vendepatrias, si Messi es un pedazo de mierda canonizado, si La Volpe ha hecho un buen trabajo con la Sele o no... Ese es el tema del día. Aquí, yo tomo vino todos los días, como yogurt fresco de vainilla, fumo Marlboro. Veo Audis, Porsches, Mercedes Benz... En Ginebra, Rolex, Louis Vuitton, Dolce y Gabbana... Todo es tan perfecto...
Y esta mañana, en el facebook, me encuentro con que Esteban, mi amigo, ha puesto un reportaje de Rolling Stone con soldados gringos en Afganistán liquidando civiles solo por diversión. Uno le ha cortado el dedo meñique a un niño de 15 años y lo anda como souvenir. Han propuesto lanzar confites a los niños, para que cuando se acerquen les disparen o puedan arrollarlos con el tanque. Dos hombres muertos con un cartel que dice "Talibans are dead" (lo que no se sabe es si eran talibanes o no, pequeño detalle). La cabeza de alguien. Las piernas de alguien. Fotos de soldados sonriendo junto a los cadáveres. Y aquí sale el sol sobre los Alpes... Y en Costa Rica inauguran con toda pompa y circunstanncia un estadio regalado por China, a cambio de saber cuáles favores bajo la mesa para un país que pisotea los derechos humanos como uvas, para extraer vino para unos pocos. Quizás en eso se parecen Costa Rica y Suiza: es como si ahí no hubiera problemas.
Hoy me di cuenta de que algo no está bien. Me estoy convirtiendo en la antítesis de mí misma. Mi mayor problema es que ÉL no me quiera... Y luego, no tener suficiente dinero para recorrer todos los países que quiero... Y que mi perra se murió... Y que tengo un morete monstruoso en la nalga por la caída del árbol y que me duele cada vez que me siento...Y ya. Ahí está escrita mi tragedia. Algo no anda bien...
No sé si pueda seguir con este viaje dadaísta como lo había visualizado en un principio... La conciencia me remuerde. No puedo ser tan egoísta. Si no soy parte de la solución, soy parte del problema. No quiero que se me olviden mis chiquis en Mozambique, ni tampoco los que mueren en las minas de coltán en el Congo, ni los refugiados de Sudán, ni los albinos en Tanzania, ni las mujeres que caminan 8 horas para encontrar agua... No quiero convertirme en europea feliz, haciendo una piscina en mi patio, pagando $40 por un café y un postre (con eso se manda a 4 niños a la escuela en África un año entero), visitando museos, tomando baño en tina, comiendo Nutella, observando las flores amarillas y rosadas florecer en un mundo surrealista e inmoralmente perfecto...
¿Será que tendré que darle un giro a mi viaje dadaísta...?

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